El momento de la llegada al salón por parte del cliente, será el apropiado para dar una buena acogida a este, ya que depende en gran parte de este, su opinión con relación al servicio. Es el momento oportuno para aplicar las normas de cortesía, saludando de acuerdo a la hora del día, las frases adecuadas para darle la bienvenida. Se solicitarán  los datos requeridos para pasar al salón:

  1. Cuando la entrada es libre.
  2. Cuando sea solo para huéspedes
  3. Cuando sea por reservaciones

En el primer caso se le saludará  y brindará  una mesa tratando siempre de complacerle en su solicitud, mesa especifica, lugar del salón más reservado, cerca del piano, con vista a la ciudad o al mar, etc.

Cuando tengamos el segundo caso, debemos extremar las medidas para que el cliente no se disguste, daremos una explicación con cortesía y clara para evitar malos entendidos.
Y en el tercer caso, se le explicará  las características del establecimiento y si pudiéramos ayudarlo para una próxima visita, hacerlo, esto lo agradecerá  el cliente y no se molestará  por haber perdido el viaje.
En caso de que un cliente llegue y no se tengan capacidades en esos momentos, aprovecharemos el bar para pasarlo mientras espera por su mesa. Podemos aprovechar esta oportunidad para darle la carta para que vaya seleccionando su menú, para a la hora de pasar al salón todo estará dispuesto.
Al llamar al cliente se debe hacer por su nombre, en caso de  tener algún titulo o grado se hará  por este, al cliente le gusta sentirse importante y agradece este gesto.
Debemos ir delante de la partida, si existieran cuadros o figuras del cual él o ellos se interesen, se le debe hacer  una ligera explicación, así como del establecimiento si lo solicitaran.
Cuando el Maître o Jefe de salón llega a la mesa, los demás integrantes de la brigada ayudarán a sentar a las personas, dando prioridad a los niños, ancianos, señoras y por último a los caballeros.
En el caso de un señor que desee acomodar a su dama, debe dejárselo hacer ya que desea utilizar esa cortesía con su acompañante. Ya todos sentados a la mesa, el capitán entregará las cartas, dando una a cada cliente, empezando por las damas.
Existen establecimientos en que la carta para las damas no tendrán precios, es algo bonito y sutil, no se sentirá apenada al solicitar cualquier alimento, pues no está el precio a la vista de ella.
Es aquí cuando el Maître, Jefe de Salón o Capitán, aprovecharán para brindar algún trago aperitivo o refrescante del bar, comenzará  por las damas, después para los caballeros. De igual forma también es el momento en que se puede aprovechar para hacerle alguna sugerencia sobre algún manjar específico, de interés para la casa o el Chef. No se dejará al cliente en ningún momento abandonado, se le atenderá ante cualquier reclamo y también se le preguntará sobre los alimentos  servidos.
A la hora de despedirlo no debe dejar de observar ningún detalle, si tuviera flores a la salida obsequiar a las damas con ellas, si tiene caramelos lo podrá  obsequiar a los niños o caballeros, trate de ser cortés como al principio, todo buen profesional lo es.
Cuando se retira el cliente, debe observarse la mesa y sillas rápidamente para ver si ha olvidado algún objeto y devolvérselo de inmediato.
Tanto al recibir, conducir, acomodar y despedir a un cliente debe hacerlo pensando en el retorno de ese cliente al restaurant.