La creación de esta crema sublime se atribuye por lo general, a Vatel. Pero ya los pasteleros de Catalina de Médicis (1519-1589) ya batían la crema con batidores hechos con ramas de retama.

Esta crema la dio a conocer Vatel en una recepción que dio Fouquet en honor de Luís XIV en el castillo de Vaux-Praslin.

Así que el nombre de pila la obtuvo más tarde cuando Vatel entró al servicio de los Condé en el castillo Chantilly, donde moriría diez años más tarde.


Ahora bien no nos debemos confundir cuando veamos platos “a la chantilly” que son creaciones de Vatel, la mayoría de estas denominaciones son del siglo XIX y tiene de común el uso de la nata en sus preparaciones.

Ya que este tema esta relacionado con Vatel, veamos que le paso.

Suicidio debido al pundonor profesional.

Es un error creer que Vatel era de oficio cocinero. Lo más probable que supiera guisar pero tanto en casa de los príncipes Condé como anteriormente en la casa del superintendente de Hacienda Fouquet, ostentaba el cargo de “Controler genéral”. Debido a su cargo, que era de mucha importancia, tenia que controlar: cocinas, comestibles, conservación de muebles, cuadros, vajillas de oro y plata, luminaria, proveedores, servicio, etc. etc. es decir que todo estaba bajo su control.

Vatel junto a Gourville eran los dos soportes de la administración de la casa de los Condé.

En 1663, se inician las grandes obras de remodelación del castillo y Vatel, como Controlador General, asume la pesada tarea de la gestión de la mansión. Cuando se ter­minan las obras, el príncipe de Condé invita al rey.

Sin ayudantes ni información, Vatel se encuentra agobiado por los preparativos, porque lo previenen solo quince días antes. En poco tiempo tuvo que organizarlo todo, incluidos los fuegos artificiales. Los invitados son más numerosos que los previstos y faltan asados. Vatel soporto mal tantos fallos.
Por la noche, muy excitado y sin poder dormir, se le­vanta a las cuatro de la mañana e inspecciona cocinas y despensa.

Como era Viernes de vigila había pedido pescado a los pescateros de París y de la costa, para no andar corto, así que esperaba una cantidad mas que suficiente para la comida del mediodía.

El tiempo pasaba y el pescado no llegaba, al amanecer se encuentra con un muchacho que traía dos cestas de pescado, Vatel le pregunto ¿Este es el pescad? ¿Esto es todo lo que traes?, la escueta respuesta que obtuvo “Si, señor y se dirigió a las cocinas”

Estaba demasiado cansado para acordarse que había pasado pedidos a otros.

Desalentado y totalmente deprimido le dijo a Gourville, “No podré sobrevivir a tanta desdicha. He perdido la reputación y el honor” Gourville, debido a que le despertó para decirle esto y en su estado soñoliento, no le prestó atención.

Vatel se encerró en su cuarto, en su desesperación y mientras realizaba ese acto de locura, iban llegando los otros pescateros con los cestos rebosantes de pescado.

Para no perturbar la fiesta, Vatel fue envuelto en una saba­na y lo sacaron sigilosamente en una carroza del castillo y fue llevado a la parroquia. Como se trataba de un suicida el párroco exigió le entregaran una orden escrita del príncipe Condé para ser enterrado en el cementerio, cosa que así se hizo.

Fue el final trágico de un gran profesional, para el cual las manifestaciones de triste­za fueron escasas.

En una de sus cartas, madame de Sevigné ilustre epistolaria, presente en la fiesta, reseñó el acontecimiento en una carta fechada el 26 de abril de 1671, (el óbito tuvo lugar el 24) “Je jette mom bonnef, par dessus le moulin et je ne fais rien du reste”, lo que según los que dominan la lengua de Moliere viene a decir “Ahí me las den todas”.

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